El laboratorio de Colonia, a la vanguardia en la lucha contra el dopaje, también afirmó que en la prueba clave contra Marta Domínguez dentro de la 'operación Galgo' no había rastro de dopaje. Pero ese dato pierde relevancia comparado con el proceso que llevó la prueba hasta Alemania. El laboratorio de Madrid, dependiente del Consejo Superior de Deportes (CSD), y la Guardia Civil autorizaron su envío (4 de abril) sin consultar a la juez del caso, al margen de la ley. Poco antes habían conocido que el análisis en Madrid era negativo y buscaron en Colonia algo para mantener su acusación. La juez conoció la maniobra una semana después y entonces archivó el caso, en un auto del 14 de abril. Seis días después, el pasado miércoles, aún tuvo que ordenar al CSD que interrumpiese todo análisis, ante la insistencia del organismo gubernamental en mantener su persecución.
Esta información, publicada en EL MUNDO este lunes, ya ha provocado la primeras reacciones políticas. La portavoz del Grupo Popular, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció el lunes, durante una entrevista en El Círculo de Telemadrid, que su formación pedirá explicaciones en el Congreso al ministro del Interior y al presidente del CSD, respecto a la 'operación Galgo' contra el dopaje. Concretamente, indicó que Rubalcaba tiene el escándalo contra Marta Domínguez encima de la mesa, y que él, el ministro del Interior y el presidente del CSD "tendrán que dar explicaciones en el Congreso de los Diputados".
"En el caso de Marta Domínguez, queremos saber qué ha pasado y cómo se ha gestado este asunto, vamos conociendo noticias de determinadas pruebas que no se custodiaron de forma debida y de una instrucción que no contó con el seguimiento de la juez", valoró Sáenz de Santamaría. "Desde luego, tanto el ministro del Interior como el presidente del Consejo Superior de Deportes, los encargados y los competentes en este asunto, tendrán que explicar lo que ha pasado y tendremos que llegar hasta el final porque el honor de las personas también es importante y máxime en un ámbito, el de los deportistas, en que su valía depende de una imagen que tiene que ajustarse a la realidad".
"Si se ha actuado de una manera indebida se tendrá que llegar hasta el final", añadió la portavoz popular, "y estos dos señores tienen que empezar a dar explicaciones donde corresponde, que es en el Congreso de los Diputados".
Según explicaron a EL MUNDO fuentes cercanas al caso, el pasado 4 de abril, el laboratorio de la Agencia Estatal Antidopaje, "dependiente del CSD", como confirmaban el domingo desde el propio organismo, trasladó a Alemania una muestra de la sustancia clave en la investigación. Porque la imputación de Marta Domínguez como suministradora de sustancias dopantes se basaba en que había hecho llegar un bote sospechoso a Alberto García. Ese vial, que Marta y Alberto llamaban "oro", alertó a los investigadores, que creyeron que los atletas hablaban en clave de una sustancia prohibida. En la redada que dio inicio a la 'operación Galgo', el 9 de diciembre, los agentes intervinieron tres viales de oro en casa de Alberto García, pero quedaba pendiente su análisis. La acusación sostenía que se trataba de trembolona, mientras Marta defendía que era un producto natural permitido, un recuperador muscular comprado en un herbolario.
El oro fue analizado en primera instancia por el laboratorio de la Agencia Española del Medicamento, que no encontró rastro de dopaje. Por eso, la juez, Mercedes Pérez Barrios, en un auto del 17 de febrero pasado, autorizó a la Guardia Civil remitir los tres viales de oro a la Agencia Estatal Antidopaje, que gestiona el laboratorio de Madrid. Éste tampoco encontró nada tóxico. Sin embargo, la Guardia Civil, que tutelaba la prueba, en lugar de comunicar ese dictamen a la magistrada, permitió su envío hasta Colonia. Desde el CSD explican que se hizo porque forma parte del protocolo del laboratorio de Madrid contrastar sus datos con otro. Pero en este asunto se trataba de una sustancia bajo control judicial.
El CSD y la Guardia Civil, en su empeño por probar la culpabilidad de la atleta, se saltaron la autorización de la magistrada para realizar una tercera prueba que avalara sus sospechas, tras los dos hechos en España sin rastro de dopaje. Contra Marta por encima de la ley. Porque ese análisis en Colonia -el informe preliminar también era negativo-, no hubiera sido validado en ningún caso, porque una vez que parte del material salió del laboratorio de Madrid sin permiso judicial, la cadena de custodia quedaba rota.
Esta información, publicada en EL MUNDO este lunes, ya ha provocado la primeras reacciones políticas. La portavoz del Grupo Popular, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció el lunes, durante una entrevista en El Círculo de Telemadrid, que su formación pedirá explicaciones en el Congreso al ministro del Interior y al presidente del CSD, respecto a la 'operación Galgo' contra el dopaje. Concretamente, indicó que Rubalcaba tiene el escándalo contra Marta Domínguez encima de la mesa, y que él, el ministro del Interior y el presidente del CSD "tendrán que dar explicaciones en el Congreso de los Diputados".
"En el caso de Marta Domínguez, queremos saber qué ha pasado y cómo se ha gestado este asunto, vamos conociendo noticias de determinadas pruebas que no se custodiaron de forma debida y de una instrucción que no contó con el seguimiento de la juez", valoró Sáenz de Santamaría. "Desde luego, tanto el ministro del Interior como el presidente del Consejo Superior de Deportes, los encargados y los competentes en este asunto, tendrán que explicar lo que ha pasado y tendremos que llegar hasta el final porque el honor de las personas también es importante y máxime en un ámbito, el de los deportistas, en que su valía depende de una imagen que tiene que ajustarse a la realidad".
"Si se ha actuado de una manera indebida se tendrá que llegar hasta el final", añadió la portavoz popular, "y estos dos señores tienen que empezar a dar explicaciones donde corresponde, que es en el Congreso de los Diputados".
Según explicaron a EL MUNDO fuentes cercanas al caso, el pasado 4 de abril, el laboratorio de la Agencia Estatal Antidopaje, "dependiente del CSD", como confirmaban el domingo desde el propio organismo, trasladó a Alemania una muestra de la sustancia clave en la investigación. Porque la imputación de Marta Domínguez como suministradora de sustancias dopantes se basaba en que había hecho llegar un bote sospechoso a Alberto García. Ese vial, que Marta y Alberto llamaban "oro", alertó a los investigadores, que creyeron que los atletas hablaban en clave de una sustancia prohibida. En la redada que dio inicio a la 'operación Galgo', el 9 de diciembre, los agentes intervinieron tres viales de oro en casa de Alberto García, pero quedaba pendiente su análisis. La acusación sostenía que se trataba de trembolona, mientras Marta defendía que era un producto natural permitido, un recuperador muscular comprado en un herbolario.
El oro fue analizado en primera instancia por el laboratorio de la Agencia Española del Medicamento, que no encontró rastro de dopaje. Por eso, la juez, Mercedes Pérez Barrios, en un auto del 17 de febrero pasado, autorizó a la Guardia Civil remitir los tres viales de oro a la Agencia Estatal Antidopaje, que gestiona el laboratorio de Madrid. Éste tampoco encontró nada tóxico. Sin embargo, la Guardia Civil, que tutelaba la prueba, en lugar de comunicar ese dictamen a la magistrada, permitió su envío hasta Colonia. Desde el CSD explican que se hizo porque forma parte del protocolo del laboratorio de Madrid contrastar sus datos con otro. Pero en este asunto se trataba de una sustancia bajo control judicial.
El CSD y la Guardia Civil, en su empeño por probar la culpabilidad de la atleta, se saltaron la autorización de la magistrada para realizar una tercera prueba que avalara sus sospechas, tras los dos hechos en España sin rastro de dopaje. Contra Marta por encima de la ley. Porque ese análisis en Colonia -el informe preliminar también era negativo-, no hubiera sido validado en ningún caso, porque una vez que parte del material salió del laboratorio de Madrid sin permiso judicial, la cadena de custodia quedaba rota.
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